Mia Maestro y Miguel Angel Solá protagonizan "Tango".Cannes, Francia.- La fiebre del tango se apoderó también del veterano realizador español Carlos Saura, quien el viernes presentó fuera de concurso en el festival de cine de Cannes su película "Tango", una costosa coproducción argentino-española en la que la intriga sólo es un pretexto para gozar con la música y el baile del puerto de Buenos Aires.
"Crecí escuchando a Carlos Gardel", revela Saura, para explicar por qué se lanzó en este filme, que al parecer es el más costoso realizado hasta ahora en Argentina, aun cuando hubo dinero español.
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La película es de una hermosa factura, con bailarines implicados en coreografías muy imaginativas, de gran plasticidad, con luces y colores sofisticados. A veces, inclusive, el espectador cree estar viendo una publicidad de la oficina de turismo de Buenos Aires.
El guión, escrito por el propio Saura, hace sin embargo alusión a los sombríos años de la dictadura y a la llegada de los inmigrantes italianos a Buenos Aires a comienzos de siglo, pero esto es como para tratar de darle más peso a la idea cinematográfica.
El filme no pasa de ser un espectáculo de baile y de música -compuesta y dirigida, eso sí, por el gran Lalo Schifrin- filmado con todos los medios de que puede disponer un hombre como Saura, por ejemplo con un jefe de cámaras como Vittorio Storaro, ganador de tres Oscar por su trabajo en "Apocalypse now" y "El último emperador".
El realizador de "Peppermint frappé", de "Ana y los lobos" y "Cría cuervos", entre tantas otras, justificó el haber hecho esta película, lejos de su habitual universo, diciendo que "ese proyecto no tenía un verdadero interés si yo no tenía la posibilidad de impregnarme por completo del espíritu del tango: no quería para nada limitarme a rodar simplemente un filme musical".
Se adivina, sin embargo, que para Saura, quien ya había hecho filmes con mucho baile como "El amor brujo" y "Carmen", resultaba un placer fácil, puesto que contaba con todo el dinero que necesitaba, realizar este homenaje a una música que cada vez es menos "porteña" (de Buenos Aires) y más universal, convertida casi en un lugar común.
Saura no logra esconder el aspecto "lujoso filme musical", pese a la intriga, artificial, que cuenta la historia de un realizador, Mario Suárez, -interpretado por el excelente actor argentino Miguel Angel Solá- quien prepara... una película llamada "Tango" y a quien su mujer Laura, la actriz Cecilia Narova, acaba de abandonar.
Inspirándose en los acordes desgarradores, duros, melancólicos y magníficos del tango, Mario se arranca los cabellos para encontrar la historia que quiere contar. Los recuerdos de su propia vida comienzan a aflorar -la escuela, la dictadura- hasta que conoce a Elena, una hermosa y joven bailarina interpretada por Mia Maestro, que "pertenece" a otro "bacán".
"Estaba convencido de que los ingredientes esenciales debían ser la coreografía y la luz. El impacto visual debía ser determinante", dijo Saura. Esto lo consiguió, pese a la exageración estética.
La belleza de las coreografías y la fuerza del tango -entre las piezas interpretadas, aparte de las compuestas por Schifrin, están "Caminito", "Recuerdo", "Corazón de oro", "A fuego lento", "La cumparsita", "Arrabal amargo", "Se dice de mí"- no logran evitar la grandilocuencia del proyecto ni las evidencias dramatúrgicas.
La película fue rodada durante dos meses y medio a partir del mes de junio de 1997 en escenarios naturales y en un espectacular estudio de danza de 1.200 metros cuadrados construido especialmente en Don Torcuato, en las afueras de Buenos Aires.
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